La
diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce
insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza de manera eficaz la insulina producida.
La insulina es una hormona que se encarga de regular el azúcar (glucemia) en la sangre.
Se clasifica en:
Diabetes de tipo 1
La
diabetes de tipo 1, se debe a que la producción de insulina es deficiente y requiere la administración diaria de esta hormona.
Sus
síntomas consisten, entre otros, en orina frecuente y excesiva, sed intensa, hambre constante, pérdida de peso.
Es
más frecuente en los menores de 30 años y generalmente comienza en forma súbita.
Diabetes de tipo 2
La
diabetes de tipo 2, se debe a una utilización ineficaz de la insulina. Este tipo
representa el 90% de los casos mundiales y se debe en gran medida a un peso
corporal excesivo y a la inactividad física.
Los
síntomas pueden ser similares a los de la diabetes de tipo 1, pero a menudo
menos intensos. En consecuencia, la enfermedad puede diagnosticarse sólo cuando
ya tiene varios años de evolución y han aparecido complicaciones.
Diabetes gestacional
La
diabetes gestacional es un estado hiperglucémico que aparece o se detecta por primera vez durante el embarazo.
Deterioro de la tolerancia a la
glucosa y alteración de la glucemia en ayunas
El
deterioro de la tolerancia a la glucosa y la alteración de la glucemia en
ayunas son estados de transición entre la normalidad y la diabetes, existe mayor riesgo de progresar hacia la diabetes de tipo 2, aunque
esto no es inevitable.
El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre), que con el tiempo daña gravemente muchos órganos y sistemas, especialmente los nervios y los vasos sanguíneos.
El tratamiento se
basa en cuatro pilares:
Plan de alimentación saludable
Actividad física
Tratamiento farmacológico
Educación diabetológica
Plan de alimentación saludable
Actividad física
Tratamiento farmacológico
Educación diabetológica
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